miércoles, 16 de julio de 2008

Pueblos Agricultores y Alfareros

  • Los Atacameños:


Ubicación: habitaron la zona de la puna de Atacama y las provincias argentinas limítrofes. La región de Atacama constituyó su hábitat natural. Alrededor de la localidad de San Pedro de Atacama, formaron una de las culturas más avanzadas y desarrolladas del mundo prehispánico. Vivieron en las quebradas cordilleranas frente al desierto.

Actividades económicas: su economía era avanzada. Tuvieron múltiples actividades; entre ellas: la agricultura (la papa, el camote, el maíz, la quínoa y los frejoles); la ganadería, para alimento y transporte (llamas y alpacas); trabajos en cestería y metalurgia (oro, plata y bronce), hilados y tejidos. Comerciaron su producción hacia la costa y el altiplano. Para subsanar la carencia de tierras fértiles, usaban el sistema de terrazas de cultivo en las laderas de cerros y quebradas. Poseían, además, técnicas de regadío mediante canales.

Cultura y costumbres: se organizaban en comunidades agrícolas y familiares, denominados ayllus. Para comunicarse, poseían un idioma propio, el kunza. Fueron un pueblo de baja estatura: el promedio de 1.60 mt para los varones y 1.45 mt para las mujeres. Los atacameños tuvieron diversas etapas de desarrollo cultural e influencia externa, las que se han clasificado de la siguiente manera:

San Pedro I: cerámica roja pulida.

San Pedro II: influencia de Tiahuanaco. Uso de tablillas de rapé para aspirar alucinógenos. Cerámica negra pulida.

San Pedro III: influencia incaica, que se demuestra en la cerámica rojo-violácea y en los pucarás, verdaderas fortalezas de piedra (los principales fueron: Turi, Chiu-Chiu, Quitor y Lasana)

Los atacameños creían en la vida sobrenatural y, por tal motivo, enterraban a sus muertos ataviados con sus mejores ropas y con sus utensilios personales.

  • Cultura El Molle:


Ubicación: su nombre se debe al sitio en que descubrió los restos de esta cultura Francisco Cornely, en 1938. Se situaron al sur de los atacameños, en la región del Copiapó al Choapa. Fueron los antecesores de la cultura diaguita. Provenían de Argentina. A la llegada de los españoles, ya se habían extinguido como pueblo.

Actividades económicas: en sus inicios, se dedicaron a la ganadería aunquénida, a la caza y a la recolección. Posteriormente, fueron agricultores. Desarrollaron la metalurgia del cobre y del bronce. También trabajaron en tejidos, cestería y cerámica, la que era fundamentalmente utilitaria, monocroma, con colores negros y rojos.

Cultura y costumbres: la característica más conocida de esta cultura es el uso del tembetá, un adorno, generalmente de piedra o metal precioso, que se ponía perforándose en el labio. Este tipo de decoración fue típico de los pueblos de la zona amazónica, lo que hace pensar que los primeros miembros de esta cultura, que habrían llegado a Chile hacía el 300 d.C., tiene su origen en el Chacao. Otro elemento característico fue el uso de pipas de piedra con fines rituales.

  • Los Diaguitas:


Ubicación: se situaron al sur de los atacameños, en la región de los valles transversales. Su cultura la desarrollaron aprovechando la cultura preexistente, denominada Molle.

Actividades económicas: Fueron agricultores y constructores de terrazas de cultivo. Sus productos principales era: el maíz, los frejoles, la quínoa y la papa. Elaboraban chicha de algarrobo. También tuvieron como base de subsistencia la ganadería auquénida (llamas y alpacas). Desarrollaron la metalurgia del cobre y el bronce, además trabajaron en tejidos, cestería y cerámica.

Cultura y costumbres: el jarro-pato fue una expresión típica de la alfarería diaguita. Esta estaba adornada y pintada con representaciones de animales (cerámica zoomorfa). Aunque vivían en comunidades, nunca llegaron a conformar un nivel superior de organización; posiblemente su desarrollo fue interrumpido por la influencia incásica. Su lengua era el kakán.


  • Los Picunches:


Ubicación: los picunches (gente del norte) se localizaron desde el Cachapoal al río Itata. Fue un pueblo pacífico que siempre tuvo problemas con los araucanos por la agresividad de estos. Ayudaron a los españoles en la conquista de Chile.

Actividades económicas: desarrollaron la agricultura, influidos por el contacto con diaguitas e incas. Sin embargo, la bondad del clima hizo que no tuvieran que esforzarse en la labor del cultivo. La agricultura les proporcionó maíz, papas, ají, calabazas y porotos. Usaban la coa como punzón para abrir la tierra y sembrar. Se dedicaron a la ganadería, principalmente auquénida (llamas y guanacos). La comercialización de sus productos no fue de mayor relevancia.

Cultura y costumbres: sus sepulturas eran túmulos de piedras y tierra que se levantaban sobra cámaras de piedras. La construcción la tachaban con ramajes y, encima de las ramas, ponían tierra. Su alfarería presentó fuertes influencias de los diaguitas. Usaron los colores rojo, blanco y negro. Fabricaron las llamadas piedras tacitas. Se agrupaban en pequeños caseríos, en los que, en unas diez rucas, se albergaban 300 personas aproximadamente. Su organización era básica, sin mayor evolución. Mandaba un cacique, cargo que era hereditario. Se caracterizaron, en general, por ser un pueblo pacífico, que estuvo durante un tiempo sometido e incorporado al imperio de los incas.

  • Los Huilliches:


Ubicación: los huilliches (gente del sur) se situaron desde el río Toltén al golfo del Reloncaví. Originalmente, habitaron la zona que, después del siglo XIV, ocuparon los araucanos, siendo desplazados por estos hacia el sur.

Actividades económicas: la agricultura, la fabricación de objetos cerámicos, los tejidos, la caza.

Cultura y costumbres: son descritos como un pueblo pacífico. Tuvieron características muy similares a las de los picunches, aunque un nivel de desarrollo cultural inferior.


  • Los Araucanos:


Ubicación: localizados entre los ríos Itata y Toltén, fue un pueblo eminentemente guerrero. La designación de araucanos la recibieron por el autor y poeta español Alonso de Ercilla, quien, en la obra épica “La Araucana” (s. XVI), los llamó de este modo.

Según Ricardo Latcham, los araucanos provenían del otro lado de la cordillera, de la pampa argentina.

Actividades económicas: vivían de la agricultura, la fabricación de objetos cerámicos, los tejidos, la caza y de los robos a otros pueblos. La agricultura les proporcionaba el maíz, las papas, el maní, el ají, las calabazas y los piñones. La pala de madera les sirvió como instrumento agrícola. La carne de huemul y de guanaco la reservaban para las grandes ocasiones. Para cazarlos, sus armas preferidas fueron arcos, flechas, hondas, boleadoras y mazos.

Cultura y costumbres: su vestimenta consistía en paños y ponchos tejidos de lana, de llama y guanaco. El territorio araucano estuvo dividido en tres franjas longitudinales, cada una de las cuales se denominó vutanmapu.

Los aillarehues eran agrupaciones políticas que correspondían a las tribus que se unían en caso de guerra. Se desglosaban de la siguiente manera:

Aillarehues: compuestos de nueve grupos (rehues o levo), cada uno con 4.000 hombres.

Levo: compuestos de varios caví de 400 hombres.

Caví: compuestos de varios pichicaví de pocos indios.

Cada caví y levo tenía su cacique o lonco, cargo que generalmente era hereditario. Las autoridades de las divisiones más grandes se elegían según las necesidades del momento. El toqui era el jefe de los rehues o de las agrupaciones superiores en caso de guerra. Era costumbre entre los araucanos el convertir en esclavos a sus prisioneros de guerra. El corazón de los más valientes era arrancado para beber su sangre en honor al muerto y para recibir de ella las virtudes del combatiente. La victoria se celebraba bajo un árbol de canelo, entre bailes e ingesta de bebidas alcohólicas. Su religión era compleja. A los espíritus principales se les llamaba pillanes, los que eran los grandes fundadores de la raza. Los espíritus malignos, que provocaban los males y las enfermedades, recibieron el nombre de huecuvu. La machi era el puente entre los dioses y los hombres. A través del guillatún se ponían en contacto con los dioses para las rogativas del pueblo. Mediante el machitún sanaba a los enfermos. La organización social de los araucanos era bastante simple. La unidad básica la constituía la familia consanguínea, los descendientes de un mismo antepasado. Las mujeres perpetuaban la herencia y el nombre, siendo, sin embargo, una sociedad patriarcal. No se podían casar entre parientes, el matrimonio se efectuaba mediante un simulacro de robo de la novia. Ésta era comprada, y su familia entregaba una dote a los parientes directos del novio. El hombre podía tener más de una mujer, dependiendo de su situación económica.


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